Nos encontramos ante una casa de fachada marcadamente religiosa, las llaves del Sr. Pedro, en su centro, dan testimonio de ello. Como otras casas del pueblo, siempre próximas o anexas a la iglesia, eran en su mayoría propiedad del Obispado, quien con el paso de los años, va deshaciéndose de ellas a través de la venta.
Su función original fue dar hospedaje a las autoridades eclesiásticas y demás oficiantes religiosos que se trasladaban ocasionalmente al pueblo.
Ya privatizada desde hace varias generaciones, fue finalmente comercio de tejidos, siendo sus últimos moradores JUAN LÓPEZ LÓPEZ y su esposa, JOSEFA GUTIÉRREZ VAQUERO.